Primero, decir que ese emoticono de la sonrisa parece muy raro. Ni poniendo los dos puntos y la paréntesis he evitado que me apareciera. ¡Si lo sabía ponía el que se ríe más!
Ante todo, gracias por completar la info. Se me había olvidado comentar lo más básico, ¡beber mucho e ir comiendo poco a poco a lo largo de la etapa diaria!
Verás, en cierto modo estoy contigo: nada de eso es necesario. Como no lo es comprarse una bici nueva para hacer un primer cicloviaje, o como gastarse un montón de euracos en material por ahorrar peso de lastre, y como muchas otras cosas más.
Aun así, todo puede valer, y todo puede ser útil. Aquí se trata de compartir simple información, de profano -yo mismo-, para profanos. Luego, cada cual, puede filtrar esa info y darle un sentido, el que quiera (tomándola por lo que es, redimensionándola o sobredimensionándola), o puede profundizar a partir de esos datos.
Sí, es verdad que mucha de las tretas sobre alimentación están dirigidas al corredor profesional o aficionado que tiende hacia la semiprofesionalidad y para –como tú bien dices–, casos extremos, que apuntan hacia el perfeccionismo y la mejoría deportiva.
Y aunque en un viaje en bici el rollo sea diferente, aun así, sí se pueden usar algunas de esas técnicas, tanto de alimentación como de manejo y entrenamiento. Porque, además, creo yo, tan extremos son ciertos corredores/ras de elite, como cualquier persona que se acerca a la bici, sin mucha condición física, tras años sin practicar deporte, y ya con cierta edad, y que con ánimo e ilusión decide de aventurarse –de repente y con todo el derecho del mundo–, en largas travesías, quién sabe si con condiciones climáticas adversas y cargadas hasta las trancas.
Las y los compañeros de pedal que tienen este historial y caben en este perfil, acaban siendo tan extremas/os como el pelotón profesional o cuasiprofesional. Y tal vez ellos/as se beneficien más de todas esas técnicas, que la persona biciviajera ya acostumbrada y que goza de una discreta forma, que al no sufrir ningún achaque en ruta, se despreocupa de asuntos como la puesta en forma o la fisiología de la actividad física.
En todo caso, en mi opinión, sí que a cualquiera le puede venir bien el interesarse por temas técnicos, ¿por qué no?
Por otro lado, como tú apuntas, es la experiencia que te guía en cierto modo, y mucho de lo que se comenta en el artículo uno lo acaba haciendo por intuición, sin duda. (Si bien, por desconocimiento o alienación, hay veces que no se acaba aprendiendo con la experiencia, o simplemente se acaban cogiendo vicios y malos hábitos).
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La experiencia y tener tablas en cierto modo proporciona mucha claves, pero vuelvo a repetirme… ¿Y con aquellas personas que no tienen experiencia ninguna, qué hacemos? ¿Dejámos que prueben y prueben hasta encontrar la formula magistral?
Soy de la opinion que sugerirles algo, puede estar muy bien y tener un efecto positivo, parezcan o no parezcan técnicas demasiado meticulosas o incluso muy cerebrales y de poco corazón.
Porque –para concluir ya–, precisamente de eso se trata, de ponerse un poco apunto y de no sobreesforzarse en el viaje, para poder disfutarlo más.
Luego, si en el artículo aparecen palabras como glúcogeno, cardiorrespiratorio, índice glúcemico, sobrecompensación, o cadencia, tendones y músculos, eso es lo que hay, pero el fin último es muy claro:
“Olvidarse del cansancio y de las dolencias
y así poder disfrutar más de los asuntos aventureros y turísticos del viaje”
A quien se aventure por la ruta que propongo en mi web, no puedo menos que comentárselo todo eso. ¡Sería peor que no lo hiciese y me lo callara!